El año que Johan Santana pidió a Minnesota ser bajado a las Ligas Menores

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Foto: Francisco Morales
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A lo largo de su vida, Johan Santana se dedicó a romper paradigmas. Brotó de una tierra andina donde el fútbol es palabra sagrada y se apasionó por el beisbol, un deporte en el que a pesar de nunca ser conceptuado como un prospecto, terminó por convertirse en uno de los más ilustres lanzadores criollos de todos los tiempos, al punto de ser exaltado al Salón de la Fama de los Mellizos de Minnesota, y más recientemente, al Salón de la Fama del Beisbol Venezolano.

Santana, que fue firmado originalmente por el recordado scout Andrés Reiner para los Astros de Houston en 1997, fue tomado en el Draft de Regla 5 por los Marlins de Miami en diciembre de 1999, e inmediatamente cambiado a la organización de las Ciudades Gemelas por dinero en efectivo y Jared Camp, un serpentinero que jamás llegó a las Grandes Ligas.

Luego de actuar en 86 entradas divididas en 30 presentaciones como ligamayorista en el 2000, su primer año, el oriundo de Tovar disminuyó su actividad a la mitad: 15 apariciones y 43.2 episodios un año después, momento en el que realizó una inédita petición.

«Una vez, en una conversación con Peter Greenberg, mi agente, le dije que por favor hablara con los Mellizos, porque yo no quería estar en Grandes Ligas si eso significaba solo ser un turista que se quedaba en los mejores hoteles y viajaba en aviones», recordó Johan Santana el día de su ascenso al Pabellón de los Inmortales de Valencia, junto a Melvin Mora. «Yo quería jugar beisbol».

El punto de inflexión en la carrera de Johan Santana

Aquella solicitud del merideño fue rechazada por el mánager Tom Kelly, quien dirigió a Minnesota durante más de una década y ganó dos Series Mundiales. El argumento del piloto fue que veía al zurdo como «su amuleto». Aunque eso significara que le restringiera el ascenso a la loma al «Gocho» sólo en ocasiones esporádicas, y como relevista, un rol con el que cada vez estaba menos a gusto la futura estrella.

«Cuando yo le propuse eso a Minnesota, mi agente Peter me respondió que era la primera vez que un jugador lo llamaba para solicitar que lo bajaran y no para preguntar cuando iba a recibir la oportunidad de jugar», rememoró Johan Santana. «Pero yo estaba claro, porque yo quería ser abridor, y no solo eso, sino que yo quería ser el número uno de la rotación. Esas fueron mis palabras».

Fue en el 2002, cuando el tirador ya era elegible para el arbitraje salarial que comenzó la campaña en Triple A, como iniciador, y con el objetivo de perfeccionar el cambio de velocidad, el envío que terminó por convertirse en su carta de presentación y que le transformó en el pitcher más dominante de la Gran Carpa entre 2003 y 2008, período en el que ganó dos premios Cy Young (2004 y 2006) y obtuvo una Triple Corona.

«Esa pasantía en Las Menores me dio la posibilidad de trabajar todos los días en lo que quería, que era ser un abridor, y para serlo en Grandes Ligas, debes tener el control de al menos tres lanzamientos», afirmó Johan Santana. «En mi caso, fue la recta, el slider y el cambio. Así fue que pude trabajar con Bobby Cuellar (coach de pitcheo en Triple A) con base en una rutina de cinco días para abrir juegos, y mejorar mi cambio».


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