Mario Puzo resucitó y dejó atrás a El Padrino para escribir el mejor guion posible en el Clásico Mundial de Beisbol 2023. Japón destronó a Estados Unidos 3-2 con un ponche de Shohei Ohtani a su compañero de equipo y amigo Mike Trout en el último turno del torneo, que selló el tercer título en la historia de la selección nipona, el primero desde 2009.
«Dejemos de admirarlos…Si los admiras, no puedes superarlos. Vinimos aquí para superarlos, para llegar a la cima«, dijo Ohtani a sus cofrades en el discurso previo al comienzo del juego, en un vídeo compartido por la delegación asiática y traducido por el columnista Dylan Hernández de The Los Angeles Times. «Por un día, desechemos nuestra admiración por ellos y solo pensemos en ganar«.
Es muy probable que las palabras de Ohtani hayan sido dichas con Trout en su pensamiento. Después de todo, ellos son las dos figuras más universales del beisbol en la actualidad, y quedó demostrado la noche del martes 21 de marzo en el LoanDepot Park de Miami, ante 36.098 aficionados.
Para la superestrella bidireccional del juego fue apenas su segundo rescate como profesional, el otro fue en 2016, cuando era un Unicornio en potencia en la NPB. El que concretó ante la representación norteamericana sirvió para la coronación invicta (7-0) de los japoneses, uniéndose a República Dominicana (en 2013) como los únicos conjuntos en lograrlo.
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Ohtani subió a la loma en la parte baja de la novena entrada, luego de dejar algunas escenas nunca antes vistas en occidente. A partir del séptimo capítulo se paseó entre el bullpen y el dugout nipón, mientras comenzaba su preparación para lanzar, pero sin perder de vista las oportunidades al bate que podía tomar. Una vez en el montículo, otorgó boleto a Jeff McNeil, el vigente campeón bate de la Liga Nacional, pero fue capaz de dominar a Mookie Betts con un rodado para dobleplay, que despejó el escenario para el esperado duelo contra Trout.
Primer envío, bola con una slider afuera; segundo, strike abanicando una recta baja; tercero, bola con una recta afuera; cuarto, recta retadora en el medio del plato que abanicó la brisa. Fue entonces cuando en cuenta de 2 y 2, Ohtani dejó el alma con otra recta que llegó a las 102 millas por hora, el más rápido de todos lo que realizó, para terminarle con una slider que volvió a abanicar el Capitán America.
Las carreras en el triunfo de Japón ante EE.UU
En un encuentro en el que se conectaron cuatro jonrones solitarios -dos por bando- prevaleció la sangre fría.
Trea Turner abrió la pizarra con vuelacerca hacia el jardín derecho en el segundo episodio ante el abridor zurdo Shota Imanaga. Fue el quinto estacazo del torpedero en el certamen, para empatar la marca del coreano Seung Yuop Lee en 2006.
La toletería japonesa respondió rápido en el cierre del segundo tramo, con un soberbio bambinazo de Munetaka Murakami frente al iniciador diestro Merrill Kelly.
De inmediato, Kazuma Okamoto continuó el ataque samurai con un sencillo a la derecha, avanzó a segunda con imparable de Sosuke Genda y luego a tercera con boleto negociado de Yuhei Nakamura. Con las bases llenas, Lars Nootbar rodó hacia la inicial para romper la paridad 1-1, tomando una ventaja que nunca más perdieron en la velada.
Okamoto aumentó la diferencia en el cuarto con otro cuadrangular, ya con el siniestro Kyle Freeland sobre el montículo.
En el octavo, con Yu Darvish como apagafuegos, Kyle Schwarber recortó distancias con una laberíntica conexión, luego de dos fouls que ya demostraban sus intenciones.
El pitcher ganador fue Imanaga, con labor de dos innings y un par de ponches. Le siguió un desfile de seis relevistas: Shosei Togo (2.0 IL), Hiroto Takahashi (1.0), Hiromi Itoh (1.0), Taisei Ota (1.0), Darvish (1.0) y Ohtani (1.0).
Kelly cargó con la derrota, tras admitir tres imparables y dos carreras limpias en 1.1 capítulos.