Isaías fue profeta del desastre en sus dos primeras finales del beisbol profesional venezolano. A la tercera ha traído la buena nueva para el Caracas.
Isaías Tejeda, uno de los más consecuentes cañoneros dominicanos que haya pasado por la LVBP, languideció entre las series de 2019, con los Leones, y 2020, con Cardenales de Lara: treinta turnos, tres hits, .100 de promedio, un extrabase, tres remolcadas. Irreconocible, conociendo a Tejeda a lo largo de sus cuatro despliegues por el circuito. Frente a los Tiburones de La Guaira, su equipo originario aquí, está “expiando” los “pecados” del pasado.
El toletero derecho nacido hace 31 años ha sido un ciclón. Encabeza casi todos los renglones ofensivos de la etapa definitoria correspondiente a la zafra 2022-2023 de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional: average (.526), hits (10), dobles (4), remolcadas (8), bases alcanzadas (14), porcentaje de embasado (.591), slugging .737), OPS (1.328). Le faltan tres hits para igualar la marca de línea un pelotero del Caracas durante finales pautadas a un máximo de siete juegos. Según el portal Pelota Binaria, el récord de 13 lo comparten Marco Scutaro y Michael Sandoval desde la conclusión del certamen 2004-2005.
Candidato a más valioso
Si el Caracas empuña su vigésimo primer bastón de mando, Isaías Tejeda sería candidato natural a llevarse el premio Robert Pérez al Más Valioso de la serie.
“Para Dios sea la gloria si soy el MVP. Si no lo soy, pero somos campeones, eso es lo que vale”, dice Tejeda sobre su performance frente al elenco que lo trajo por primera vez al país (2017-2018). “Yo solamente me preparo y trato de hacer buen trabajo, ayudar a mis compañeros y a mi equipo a llevarse la victoria”. Esa es la definición del Más Valioso con otras palabras.
Deudas saldadas
Tejeda está saldando, con creces, las deudas contraídas entre sus dos visitas previas a la final de la LVBP. En la instancia culminante de la refriega 2018-2019 terminó de 20-1 con seis ponches, hundido junto con el Caracas frente a Lara. Un año después, Cardenales lo reclutó para el playoff y tuvo que arreglárselas para batir a Caribes de Anzoátegui sin su ayuda. Cerró de 13-2, sin extrabases ¿Dónde estaba el bateador de .890 de OPS en la LVBP cuando más se le necesitaba?
“Ese bateador siempre estuvo ahí, aunque los resultados no fueron los mismos”, responde Tejeda. “A lo mejor no teníamos el mismo lineup. Cuando ese tipo de cosas se dan sientes que el peso cae sobre tus hombros y que la responsabilidad era mía. Ahora tenemos una alineación diferente, funcionando toda la temporada. Si no hace el trabajo uno lo hace otro. Lo que vale, más que el logro personal, es el equipo. Si yo bateo .500 y perdemos la final, eso que hice no se ve. Si bateo .100, pero ganamos, sí se va a ver”.
Tejeda tiene experiencia acreditada en finales. “En beisbol invernal he jugado como seis”, recuerda. “En beisbol organizado de Estados Unidos he disputado otras cuatro. En pequeñas ligas asistí a varias. Son como doce o trece finales en mi vida”.
Mas ninguna como esta, cuya acta podría llevar su firma como profeta de la redención.