La presente campaña de la NBA finalizó para los Houston Rockets, pero inmediatamente anunciaron un cambio para la próxima temporada. La franquicia texana no ejecutará la opción para que Stephen Silas, su entrenador, regrese al banquillo la próxima zafra.
El contrato de Silas con la organización era de cuatro años y la 2023 – 2024 era la última del acuerdo firmado. El equipo puso fin a su campaña el pasado domingo con un balance de 22 – 60, el peor de toda la liga.
La misión que le encomendó Rockets al entrenador era reconstruir el equipo con los jóvenes Jalen Green, Jabari Smith Jr., Kenyon Martin Jr., Kevin Porter Jr., Alperen Sengun, pero no funcionó.
Según fuentes ligadas al equipo a las que tuvo acceso ESPN, a Silas le costó controlarlos y no están conforme con el desarrollo de la plantilla. Además, en sus tres temporadas ha dado varias muestras de frustración en comparecencias ante la prensa. Dejó el cargo con récord extremadamente negativo de 59 – 117.
«Estoy orgulloso del trabajo que he hecho. Tenía un contrato de tres años y este es el último partido en casa de mis tres años, así que pase lo que pase después de esto, no puedo estar más que orgulloso», dijo el técnico antes del último partido de esta temporada.
Antes de aceptar ser el entrenador de los Houston Rockets, la experiencia de Stephen Silas auguraba que era el candidato adecuado para la tarea de reconstrucción. Venía de ser asistente y scout de los Charlotte Hornets, asistente en Cleveland, Washington, Golden State y Dallas.
Houston ya piensa en opciones
Aunque la temporada regular haya finalizado, los equipos eliminados ya empiezan a tantear el mercado. Principalmente, los entrenadores que están sin empleo comenzaron a reunirse con las franquicias.
Uno de ellos es Dwane Casey, que acaba de ser despedido de los Detroit Pistons. Una vez comunicada su salida, su nombre es considerado uno de los favoritos para asumir en Houston. Casey dirigió a los de Detroit desde 2018, pero en esas cinco temporadas el equipo ha tenido una marca de 121 – 263.