Si alguien se atrevió a dudar sobre Hernán Pérez y su relevancia en la LVBP tras sus 10 primeros juegos de la temporada, el rendidor pelotero se encargó de aclararle en los últimos siete. El utility de los Cardenales de Lara fue electo como Mejor Jugador de la quinta semana del certamen 2022-2023.
El aragüeño produjo a raudales durante el septenario, al conectar tres jonrones, impulsar 14 carreras y dejar promedios de .385/.406/.769 en 26 turnos. Su actuación le permitió tomar por asalto el liderato de empujadas del circuito, al llegar a 22.
Para destacar, su rol protagónico en el triunfo de la bandada escarlata 10-2 sobre Tigres de Aragua, el jueves en el Estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto. En el primer turno contra su ex equipo luego de ser cambiado en junio, sacudió vuelacerca con las bases llenas y terminó la noche con seis fletadas.
En la doble tanda del domingo, de nuevo contra la escuadra bengalí, pero esta vez en Maracay, Pérez volvió a castigar. Ligó de 7-3 con un cuadrangular, dos remolcadas y trío de anotadas. En total, durante tres careos contra la manada en la semana se fue de 10-4 (.400), con par de bambinazos, ocho llevadas al plato y cuatro pases por la registradora.
El papel de Hernán Pérez en el nido
Cardenales de Lara hilvanó racha de seis triunfos que le permitió asentarse en el primer lugar de la tabla de posiciones. Llegó a su fin en el primero de la doble tanda en el Estadio José Pérez Colmenares de Maracay, pero sobrepuso en el segundo con sonora vapuleada de 13-1.
La escuadra alada culminó el quinto septenio con récord global de 15-7, medio juego por encima del escolta Leones del Caracas. Mucho ha tenido que ver el dominio de su cuerpo de lanzadores, en especial el de relevistas, pero también el despertar con el madero de Hernán Pérez, luego de un lento inicio.
“Estamos trabajando en eso con (Selwyn) Langaigne (coach de bateo) y su asistente para tomar el ritmo y sentirme al 100 % en el home plate» adelantó hace algunas semanas el Jugador Más Valioso del curso 2020-2021.
Ya en la ciudad jardín recibieron el primer ramillete, pero de estacazos de un hijo pródigo que quién sabe si algún día regresará como rayado.