Guillermo Moscoso listo para abrir el juego semifinal contra Montería

Carlos Valmore
Carlos Valmore
Guillermo Moscoso / Prensa Serie del Caribe
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Los Leones del Caracas necesitaban pitchers abridores para competir en la Serie del Caribe y Víctor Gárate, asesor a la Presidencia del equipo, sabía dónde hallar uno. Al consumarse el campeonato 21 marcó el teléfono de un amigo de la infancia, contemporáneo, coterráneo y conmilitón: Guillermo Moscoso.

Gárate y Moscoso, maracayeros ambos, jugaron juntos beisbol menor en todas las categorías, firmaron juntos para el beisbol profesional, llegaron juntos a los Leones del Caracas, salieron juntos del cubil felino con destino a los Tigres de Aragua y subieron el mismo año a Grandes Ligas. Gárate siempre sabe en qué anda Moscoso, y viceversa. “No tuve que andar averiguando mucho. Moscoso se estaba preparando después de terminar el Round Robin y siempre estamos en contacto”, dice el exlanzador zurdo. “Y no tenía duda de que podía ayudarnos porque sigue siendo de los mejores lanzadores de la liga venezolana y lo acompaña toda esa experiencia. De una vez le dije: vente”.

Llegó Moscoso, con sus 21 temporadas al lomo, a la cueva de los Leones, abierta durante la Serie del Caribe para peloteros de cualquier procedencia dispuestos a defender a la LVBP contra los demás circuitos de la región. Se puso el uniforme con el número 70 -su cédula de identidad a lo largo de seis campañas como caraquista- escaló el montículo del nuevo estadio Monumental de Caracas Simón Bolívar y frente a treinta mil y tantas personas lanzó seis innings, ponchó a ocho y recibió dos carreras, sin boletos, de los Agricultores, soberanos de la recién creada Liga Élite cubana. “La última vez que lancé delante de tantas personas fue en Japón, hace como nueve años”, recuerda el diestro aragüeño. “Para mí, estar en el montículo frente a tanta gente fue un momento que viví con intensidad. Este estadio nos ha dado bastante felicidad”.  

Raúl Valdez, el pelotero de mayor edad en esta Serie del Caribe, asomó la posibilidad de seguir sobre la loma hasta los cincuenta años de edad. Moscoso no pretende seguir activo hasta el medio siglo (“a él le faltan solo cinco años, a mí, diez”), pero se siente totalmente capaz de sacar outs por algún tiempo más.  

La durabilidad de Guillermo Moscoso es causal, nunca casual. Con el paso del tiempo ha aprendido a prolongar su vida útil y por eso, a los 39, ha sido designado como el abridor del campeón venezolano en la semifinal contra los colombianos Vaqueros de Montería. “Estoy listo. Vamos para esa”, apunta el veterano con total convicción.      

Moscoso
Guillerrmo Moscoso / Prensa Serie del Caribe

“Trato de disfrutar lo más que puedo. Me estoy divirtiendo en mi trabajo”, suelta Moscoso por arriba del bullicio del Monumental. “No trato de sacar más de lo que tengo. Me he dado cuenta de que, en mi caso, la experiencia ha jugado un papel fundamental estos últimos años. Mucha gente decía que mi carrera estaba terminada y, a pesar de la edad que tengo (39), sigo sacando outs. Ya no lanzo a 95 millas por hora. Ahora soy un pitcher que trabajo más con rompientes y he desarrollado control para ubicar la pelota adentro, afuera, alto, poner la bola donde quiera. Lo importante es conservar la salud”.


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“Mucha gente dudaba de mí hace dos años porque tuve problemas en las rodillas y los hombros, pero tenemos un plan de trabajo, una rutina”, prosigue Moscoso. “Son 21 años jugando pelota. He aprendido a conocerme, a saber cómo mantener mi cuerpo al 100 %. Por eso hay tantos equipos de esta liga que me quieren, por mi capacidad de dar innings. Venir a un evento como este, delante de 36 mil personas, ir allá y tirar seis innings sin bases por bolas no es fácil. Eso te lo da la experiencia. He jugado en Estados Unidos, Japón, México. Yo sé de qué estoy hecho. Eso es lo que me da fuerza para seguir disfrutando esto”.

Moscoso le atribuye su longevidad a una rutina bien concedida, la cual comienza con una nutrición adecuada. “Si comes bien y te hidratas bien siempre le vas a sacar algo adicional a tu cuerpo”, explica. “Es algo que no hacía antes y que he empezado a poner en práctica los últimos tres años. Eso me ha ayudado a mantenerme en la pelota, así como tener un entrenador personal que conozca bien tu cuerpo, que te oriente sobre qué tipo de pesas vas a usar, si vas a soltar largo o corto. A la edad que uno tiene, los trainers no hacen contigo lo que ellos están acostumbrados a hacer; más bien te preguntan qué necesitas hacer tú, a diferencia de lo que pasa con un pelotero joven al que le dicen: ‘debes hacer esto’. Son varios años haciendo lo mismo”.

Lo mismo es, según Moscoso, “trabajar pesas en el receso entre temporadas y en la temporada con ligas para ejercitar piernas, hombros, todo. Estirarme dos, tres veces a la semana. Tomar mis vitaminas. Yo sé cuándo debo ir al fisioterapeuta o al quiropráctico. En este deporte haces muchas relaciones sociales y conoces a muchos médicos, gente capacitada”.

Solo así se explica que Moscoso, a los 39, sea capaz de soltar una pelota sobre las noventa millas por hora. Contra los cubanos apeló a su lisa y el resultado fueron los ocho ponches.

Serie del Caribe Leones del Caracas Guillermo Moscoso
Guillerrmo Moscoso / Prensa Serie del Caribe

“Tengo casi 40 años y mi recta está sobre 90”, advierte. “Todavía puedo lanzar hasta 94 y ahorita en la Serie llegué a 92. Todos saben que Moscoso va a tirar recta en distintas ubicaciones. Si no tuviera la recta alta y adentro para separar al bateador no funcionarían mis rompientes. Puedo jugar con mi velocidad actual, así la gente diga que estoy quemado. No hermano, yo me he sabido cuidar. Cuando sienta que no pueda competir llegará el momento de mi retiro. Pero todavía, a mi edad, compito contra bateadores de 21 años, grandeligas, algunos. Claro, me dan mis batazos, pero aprendo de eso. Trabajo turno por turno. Si me diste un batazo al right, al otro turno te la lanzo adentro para sorprendente después. Eso es experiencia, es saber enfrentar a un bateador”.

Moscoso sabe que nadie ha jugado pelota por toda la eternidad. No obstante, pretende estirar su carrera. “En algún momento se nos terminará la pelota y será difícil porque este es mi año 21 en el profesional”, expone. “Puedo pitchear otros tres, cuatro años, pero a mi edad ya tengo otros trabajos, mi empresa, a la que debo prestarle atención. Yo lanzo porque lo disfruto y estoy en mi país. Por eso este año decidí no lanzar en México”.

El Caracas mandó sobre el Caribe por última vez 17 años atrás. En ese tiempo (2006) Gárate y Moscoso eran jovencitos de liga paralela. “Cuando hubo ese título solo estábamos ahí saludando”, sonríe Gárate. 2023 les ofrece la posibilidad de festejar desde la primera línea: Gárate, como arquitecto. Moscoso, como constructor.   

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