Ser el campeón de la NBA te permite pasar un verano más tranquilo. Este es el caso de Golden State Warriors, máximos favoritos para la nueva temporada que iniciará este martes y lanzando dinero como si no hubiera mañana.
Hace pocos días, la gerencia del equipo informó sobre las renovaciones de Jordan Poole y Andrew Wiggins, ambos clave en la obtención del título la campaña pasada. La felicidad de ese lado de la bahía es grande y parece no tener fin.
Wiggins firmó un contrato por cuatro temporadas más a cambio de 109 millones de dólares. Pasa a cobrar por año 33 millones, cuatro más de lo que venía percibiendo. Por su parte, Poole acordó por el mismo periodo de tiempo pero a razón de 140 millones, dando así el salto de cobrar cuatro anuales a 31.
Sumado a este par de contratos, queda por ver si Draymond Green utiliza o no su “player option” de renovación por 27 millones.
Adiós al límite de la NBA
En caso de que Green haga efectiva su renovación, la franquicia de San Francisco alcanzará la cifra de 484 millones de dólares entre salarios e impuestos de lujo. Dicho monto supera con creces los de los demás equipos de la liga y coquetea con todos los límites impuestos por la NBA.
Pero en Golden State esto no asusta a nadie. «Se lo voy a decir a todo el mundo: es el año que viene. Esta es nuestra campaña. Debemos ir año a año y después evaluaremos el próximo. No vamos a romper las reglas, pero tenemos un dueño competitivo que pondrá cada dólar», confesó el General Manager, Bob Myers.