La historia de la llegada de Luis Arráez al profesional no es la que muchos piensan. Le hace justicia a un pelotero que acaba de ganar su segundo título de bateo porque, a diferencia de Miguel Cabrera y Félix Hernández, quienes tenían a todos los scouts de Major League Baseball (MLB) embelesados desde que eran adolescentes, tuvo que mostrar cosas que pocos pueden ver para cumplir su sueño .
Pero ese cuento pocos lo conocen tan bien como José León, todavía explorador de los Mellizos de Minnesota y el hombre clave en la firma del pelotero. Además, uno de los responsables en evitar que el venezolano desistiera de su objetivo de ser grandesliga.
Para los años en los que Luis Arráez buscaba una firma al profesional, el proceso era diferente al actual. Mientras en este momento los adolescentes se reúnen en academias con agentes y asisten a eventos en los que están directivos y miembros de Major League Baseball (MLB), antes los peloteros entrenaban en escuelas y, los que tenían un talento por encima del promedio, eran invitados a mudarse a los campamentos de un equipo de las Grandes Ligas.
“Cuando llegamos a su casa estaba bastante decepcionados porque no tuvo suerte ni en la academia ni con los otros equipos que se probó”.
José León, scout de los Mellizos de Minnesota
Una vez dentro de las instalaciones, competían entre ellos. Entrenaban e intentaban demostrarles a los scouts que merecían un contrato. A Luis Arráez le costó esa parte. No era rápido, su guante no encantaba y poder en su swing no había.
“En la academia de los Mellizos tuvo un tiempo prudente y no pudo conseguir la firma”, recordó José León. “Ya se le estaba pasando la edad, por lo que se estaba comenzando a desesperar”.
Para septiembre de 2013, el cuartel de los Mellizos tuvo que cerrar sus operaciones y los peloteros que no iban a firmar eran enviados a sus casas. La noticia golpeó fuerte a Arráez, quien con 17 años de edad, veía el tren de ser profesional irse.
Frustrado, Luis Arráez se marchó a su natal Yaracuy y le aseguró a su madre que no deseaba saber más nada de beisbol. Quería dedicarse a la pesca, bromeaban entre sus familiares. “La mamá le decía que no se angustiara y que siguiera intentándolo. Pero nada. El muchacho estaba demasiado triste porque no le fue bien con nosotros”, aseguró José León. “Tampoco lo llamaban otros equipos”.
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Sin idea
Lo que no sabía Luis Arráez, mientras se lamentaba por las calles de San Felipe, era que uno de los scouts de los Mellizos estaba encantado con sus habilidades. José León veía cosas que otros evaluadores ignoraban.
“Así como tenía talento para batear, contaba con habilidades mentales, aptitudes”, afirmó el explorador vía telefónica. “Esas son las cosas más difíciles de evaluar y explicar, porque no las puedes cuantificar. Siempre fue un joven enfocado, consistente en la producción ofensiva a pesar de no tener mucho físico”.
León aprovechó un viaje a los Estados Unidos a finales de 2013 para abogar por Arráez ante los altos directivos de los Mellizos. Presentó los informes que tenía y les indicó que debían obviar la ausencia de velocidad de piernas, el poco poder en el swing y el hecho de que no tuviera una posición clara a la defensiva. En fin, todo aquello que no permitía que Minnesota u otras organizaciones de MLB presentara una oferta por Luis Arráez.

Tan convincente sonó José León, que los Mellizos aprobaron el contrato. Eso sí, solamente por 40.000 dólares, un bono bajo y que muchos de los prospectos no querrían al momento de convertirse en profesional.
“Cuando fuimos a su casa y le presentamos el contrato, lo aceptó de inmediato. No tenía oferta de ningún otro equipo. El único interés en ese momento era de Minnesota y corrimos con la suerte de que nos aprobaran ese monto, siguió León.
“Creo que desde ese momento no dejó de batear .300”, afirmó otro scout de los Mellizos que acompañó a León para hablar con la familia de Arráez.
Luis se ha ganado sus puestos con sudor y lágrima, como decimos nosotros los scouts. Siempre ha sido educado y consistente, algo que no es tan común»
Luis Arráez y su amor por .300
¡Cuánta razón! Luis Arráez golpeó para .348 en su primera incursión como profesional en República Dominicana. Luego, en 2015, chocó para .309 en una liga de novatos en los Estados Unidos. Para 2016 lo enviaron a Clase A y trituró el pitcheo con 165 hits en 475 turnos para un average de .347.
En Venezuela los lanzadores tampoco encontraron respuesta. Durante su primera temporada completa en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), Arráez sonó para .335 con los Navegantes del Magallanes en la 2016-2017 y hasta terminó entre los finalistas al Novato del Año.
Volvió a los Estados Unidos con más imparables. Ya en 2018, si se combina su actuación entre Clase A avanzada y Doble A, abofeteó los pitcheos rivales con un .310. En 2019, Minnesota lo retó y lo mandó a Triple A para que se midiera a tiradores experimentados y, el venezolano de 22 años en ese momento, respondió con un .349.

“Siempre mostró que podía ser alguien especial, incluso antes de firmarlo ya enseñaba cosas especiales”, explicó José León. “Ofensivamente hablando, era uno de los jóvenes que más reconocía a los pitcheos y casi nunca lo veías haciendo un swing fuera de balance porque un envío lo engañó. Eso no es fácil hacerlo en ningún nivel”.
El resto de la historia ya es más conocida. Luis Arráez debutó en las Grandes Ligas a mediados de 2019 y se ganó un espacio en el roster. Ah, terminó su año de debut en las mayores con average de .334 y tres años más tarde ganó el primero de sus dos campeonatos de bateo.
“Desde pequeño está bateando por encima de .300 y se ha ganado sus puestos con sudor y lágrima. Ganó su primer título de bateo sin ser titular, porque jugaba en todos lados. Debes tener mucha fortaleza mental para no permitir que te afecte eso y seguir produciendo, algo que ya tenía desde adolescente”, cerró León.