Salvador Pérez no es extraño a los grandes escenarios. El venezolano ha formado parte de juegos de vida o muerte en su exitosa carrera como ligamayorista, ha disputado dos Series Mundiales e incluso se alzó como el Jugador Más Valioso de la más reciente en 2015. Pero lo que vivió el receptor de los Reales de Kansas City en la quinta edición del Clásico Mundial de Béisbol encendió una llama distinta dentro del veterano.
Pérez, que fue seleccionado como el MVP de un Grupo D repleto de talento en el torneo de naciones, se estableció como la figura más importante del combinado venezolano, que fue eliminado del certamen en los cuartos de final por Estados Unidos, luego de finalizar invicto en la primera fase con victorias sobre República Dominicana, Puerto Rico, Nicaragua e Israel.
Ahora, de vuelta en el clubhouse primaveral de los Reales, el valenciano sabe que necesita pasar la página para centrarse en una nueva temporada de 162 encuentros; hacerlo, sin embargo, es mucho más difícil de lo que parece, en especial cuando Pérez está muy al tanto de que la escuadra dirigida por Omar López tenía material para navegar aguas más profundas en la competición.
Combustible que no se pierde:
La buena noticia para el siete veces invitado al Juego de Estrellas es que esa espinita podría ser menos molesta si Kansas City logra sorprender al mundo beisbolero en 2023 y regresa a la postemporada.
«Lo quiero más ahora«, le comentó Pérez a MLB.com al respecto. «Todo juego es importante en el Clásico Mundial, especialmente en la segunda ronda, en la que si pierdes te vas a casa. No quería perder. Así que es un sentimiento diferente para mí. Estaba emocionado y quería que mi equipo se emocionara».
La pasión de «Salvy» durante el torneo llegó a tal punto que el máscara no solo se atrevió a comparar su experiencia con disputar la Serie Mundial, sino que asomó que fue mejor que el séptimo juego del «Clásico de Otoño».
«Cuando juegas por tu país, es un sentimiento diferente. Es distinto«, explicó. «No lo puedo explicar. Amo a los Reales de Kansas City, amo a todos aquí y a esta organización. Y siempre voy a jugar duro. ¿Pero para tu país? En especial con todos los problemas que todos saben que tenemos. Fue especial. Siempre lo será», agregó.
Aprendizaje particular:
A pesar de que Pérez sí tenía experiencia previa en grandes citas, muchos de sus compañeros en los Reales fueron expuestos a ese nivel de adrenalina por primera vez en sus jóvenes carreras. Bobby Witt Jr. y Brady Singer con los Estados Unidos, MJ Meléndez con Puerto Rico y Nicky López y Vinnie Pasquantino con Italia.
El carabobeño también sabe que fue un momento muy especial para su compatriota Carlos Hernández, a quien el careta describió como un potencial cerrador en el futuro, gracias a una poderosa recta que alcanza con frecuencia las 100 millas por hora.
Para cada uno de ellos, incluso si fue desde dugouts contrarios, observar el éxito y la pasión mostrada por Pérez mientras asumía una gran responsabilidad en el terreno de juego, servirá de aprendizaje y motivación.
Y lo más importante de todo, es que ahora podrán disfrutarlo nuevamente como parte de su equipo, algo que agradece en especial Meléndez, quien vio a Pérez irse de 4-4 en contra de Puerto Rico en la fase de grupos.
«Es mejor tenerlo de mi lado ahora. Cuando tienes a un capitán de un equipo, a un líder, que puede hacer eso, establece el ritmo», indicó el también receptor. «Salvy lo hizo con Venezuela y lo hace con nosotros aquí. Fue importante para mí verlo de primera mano con los chicos de Puerto Rico también, porque quiero ser ese jugador algún día».