España parece vivir en el «Día de la marmota» en las Copas del Mundo, luego de ganar el título en 2010. La historia se repitió ante Marruecos. La Roja cayó en una posesión esteril con centenares de pases, pero sin tener mordiente. Según Opta ensayó siete remates en 90 minutos y solo uno encontró porteria. Lo que dio en promedio un tiro cada 107 pases intentandos. El esférico se tiñó de rojo, pero se jugó como quisieron los «Leones del Atlas».
En transiciones rápidas y por la banda de Marcos Llorente, que tuvo un partido complicado, Marruecos hizo ver las costuras del equipo del planteamiento español. Una clase táctica de Walid Regragui, que llegó a su selección nacional a última hora e hizo historia al romper la barrera de los octavos. Durante 120 minutos secó a España e incluso mereció ganar sin pasar por la tanda de los penales.
Bono fue una pesadilla para España
Un viejo conocido de LaLiga, como lo es Yassine Bounou, portero del Sevilla, fue el encargado de mandar a España a hacer las maletas en la tanda de penales. La Roja no pudo embocar ni un solo remate dentro de las redes. Pablo Sarabia ingresó al 118′ para hacer una ejecución, pero su disparo fue al palo. Mientras que el guardameta le adivinó las ejecuciones a Carlos Soler y Sergio Busquets.
Los africanos estuvieron finos. Solo erró Badr Banoune, que Unai Simon le detuvo el cobro. Abdelhamid Sabiri, Hakim Ziyech y Achraf Hakimi sepultaron las aspiraciones de España. La ejecución de Hakimi quedará para la historia al picar la pelota en el chute decisivo. Al igual que en 2002 y 2018, los hispanos son apeados desde los 12 pasos.
Luis Enrique asume la culpa
“He sido yo el que ha escogido a los tres lanzadores. Consideraba que eran los mejores en el campo. Si empezaran otra vez, elegiría los tres lanzadores primeros. El resto, les he dejado a los jugadores que eligieran con libertad a partir de esos tres. Mira el ojo que tengo. Lo que sí haría es quitar a Bono y pondría otro portero”, explicó Luis Enrique, tras la derrota.
¿Seguirá al frente de la Roja? «No puedo decir nada de mi futuro, porque no lo sé. Ahora no es el momento y no tiene importancia. No tiene interés. Mi contrato se acaba, pero estoy muy a gusto en la selección y en la federación», confesó el asturiano. El DT concluyó: «Por lo que significa el presidente [Luis Rubiales] y el cariño de Molina [director deportivo], si por mí fuera seguiría toda mi vida. Pero no es el caso. Tengo que pensar con tranquilidad qué es lo mejor no solo para Luis Enrique, sino para la selección».
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