Junior Guerra no tiene problema alguno en admitir que durante sus primeras seis temporadas en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, su nombre solía pasar por debajo de la mesa con regularidad, al punto de ser desconocido para muchos seguidores, incluso de sus Tiburones de La Guaira. Y aquellos que sí estaban al tanto de su presencia en el bullpen del equipo, no hablaban del derecho con la ilusión que un lanzador en su posición podría esperar. Todo eso cambió en la 2014-2015, gracias al arribo de un nuevo hombre al mando de los escualos.
Buddy Bailey, reconocido como uno de los mejores mánagers en la historia de la liga tras su exitoso paso inicial por los Tigres de Aragua, asumió las riendas de los salados previo al inicio de esa campaña, y para sorpresa de todos, nombró a Guerra como su abridor de la jornada inaugural. Hasta ese momento, el veterano tenía solo ocho aperturas en su hoja de vida en el circuito nacional y su efectividad colectiva en ese lapso era más desalentadora que cualquier otra cosa.
Pero Bailey, fiel a su estricto estilo, se mantuvo firme en su decisión. Guerra tomó la pelota para el choque inaugural en Puerto La Cruz y no solo respondió en esa jornada, sino que terminó convirtiéndose en el iniciador más importante de Tiburones a lo largo de esa campaña, la cual finalizó con una efectividad de 3.46, con un WHIP de 1.11 y 82 ponches en 78 entradas de labor.
«Es muy bueno tener de vuelta a un mánager como Buddy Bailey«, le comentó Guerra a Sello Deportivo sobre el retorno del norteamericano con los bengalíes para el venidero torneo. «Se escuchan muchas cosas de él, pero yo solo tengo el recuerdo bonito de que fue el único dirigente en Venezuela que me dio la oportunidad de abrir juegos», añadió.
Un giro de 180 grados:
Desde esa temporada, la carrera de Guerra nunca volvió a ser la misma, por las razones correctas. El criollo, que había sido reconocido como un trotamundos de la disciplina por sus pasantías en la pelota mexicana, circuitos independientes de los Estados Unidos y hasta en ligas europeas, encontró contrato en el béisbol organizado y realizó su debut en las Grandes Ligas en 2015.
🗣️ Habló Junior Guerra 💪🏾🦈#Believe pic.twitter.com/hDG8Z613UV
— Tiburones de La Guaira (@tiburones_net) September 25, 2023
Tras solo tres asignaciones como relevista con los Medias Blancas de Chicago ese año, Guerra pasó a los Cerveceros de Milwaukee en la contienda siguiente y allí pudo demostrar todo lo que Bailey parece haber notado antes que cualquier otro. El venezolano tuvo una efectividad de apenas 2.81 en 20 aperturas con los lupulosos en su primera zafra con el club, lo que motivó al alto mando del equipo a entregarle la pelota para que iniciara el juego inaugural de la campaña siguiente.
Guerra, de 38 años de edad en la actualidad, pasó cuatro años en total en Milwaukee, previo a estadías de una temporada cada uno con los Cascabeles de Arizona y los Angelinos de Los Ángeles.
Oportunidad y disciplina:
A pesar de que Bailey y su estilo han sido fuertemente criticados por varios de sus exjugadores en Venezuela, el mandamás también goza del respeto de un gran número de peloteros que recibieron la oportunidad de surgir bajo su mando.
Guerra, uno de los principales en esa lista, reconoce la importancia de estrategas que puedan ver más allá de los números anteriores de un jugador, pero también de aquellos que mantienen un sistema firme en un deporte que exige disciplina. Bailey cumple con ambos requisitos.
«Ese momento cambió mi carrera por completo, porque básicamente venía siendo un relleno en el bullpen. Hacen falta mánagers como él, de los que imponen el respeto hacia el juego», sentenció el brazo.