Cocodrilos de Caracas venció a Gladiadores de Anzoátegui por marcador de 74 – 72 y consiguió su boleto para la Final de la Conferencia Oriental de la Superliga Profesional de Baloncesto. Si usted lee esto, pensará que fue una serie como cualquier otra. Pero no, hubo ciertos detalles que marcaron el rumbo de la misma.
Al momento de confirmarse el cruce entre estas organizaciones, se avizoraba que los duelos estarían más que reñidos y con un toque de picante que caracteriza a los grandes enfrentamientos en el deporte cuando los equipos están conformados para optar por el título.
Gladiadores venció al conjunto de la capital en los dos partidos entre ambos en la temporada regular y siempre lo hizo por amplio margen. Aunado a esto, contrató a tres jugadores importados que mejoraron notablemente el comportamiento ofensivo de los anzoatiguenses. Sheldon Mac, Tyquan Rolon y Devon Collier hacían ver aún más fuerte a su quinteto. Entonces, ¿qué ocurrió? ¿Por qué ganó Cocodrilos?
Manejar la presión
En los seis juegos disputados de esta serie solo dos tuvieron diferencias grandes en puntos. El tercero lo ganó Gladiadores 75 – 68 y el quinto fue para Cocodrilos 65 – 78. De resto, los demás juegos se definieron con la última pelota del partido.
Fue aquí cuando Caracas estuvo mejor posicionado y administrado de cara a los minutos finales de los compromisos. Es decir, supo controlar las pulsaciones en los momentos indicados para remontar o aguantar embestidas.
Por ejemplo, el juego cuatro en “La Caldera del Diablo”, recinto histórico del baloncesto venezolano. Los saurios perdían por 14 puntos en el último cuarto y terminaron ganando por dos con un canasto sobre la bocina de Luis Bethelmy.
Lo mismo ocurrió el pasado domingo. En esta ocasión, perdían por 16 cuando el cuarto periodo inició (46 – 62). Terminaron venciendo a Gladiadores 74 – 72. El equipo de Anzoátegui tan solo anotó 10 unidades en el cuarto, de los cuales seis fueron producto de tiros libres.
Los puntos del banco de Cocodrilos
Con la inclusión de Rakeem Christmas, Caracas pasó a Bethelmy al banco. Esto trajo consigo que la segunda unidad del equipo de la capital estuviera más nutrida en puntos y defensa. De hecho, “El Tsunami” cerró en cancha todos los juegos que inició desde el banquillo.
Además de Bethelmy, Cocodrilos puso en juego para dar descanso a su quinteto inicial a Ernesto “Pepeto” Hernández, Luis Betancourt, César García y Miguel Bolívar. De sus 12 jugadores inscritos, jugaron siempre 10. Esto le permitió a Carl Herrera oxigenar a sus abridores y a encontrar respuestas en los jugadores del banco, quienes siempre aportaron en ambos lados de la cancha.
Por otra parte, Gladiadores no contó con esto en sus filas. Una rotación de jugadores más corta y con el impulso ofensivo de Tyquan Rolon proviniendo como suplente. Eso sí, Anzoátegui tuvo en cancha por largos pasajes a Sheldon Mac (líder anotador de la serie), Gregory Vargas y Anthony Pérez, quienes se repartieron las responsabilidades en el ataque.
El caso Michael Carrera
Michael Carrera es, sin duda, uno de los jugadores más importantes que tiene la selección nacional y la SPB. Su sola presencia ya cambia todo lo planificado por su versatilidad en ataque y su excelsa defensa. La organización Gladiadores de Anzoátegui lo tenía a él y a Gregory Vargas como figuras estelares de su proyecto y equipo.
No sería exagerado ni bienaventurado asegurar que, con él en la serie, el final habría sido bastante distinto.
Sin embargo, Carrera fue suspendido por la Comisión Técnica de la Superliga Profesional de Baloncesto por, según reza el comunicado, dirigirse en términos inapropiados a José Enrique Guerrero, presidente de la SPB, en un juego en el Gimnasio Luis Ramos de Puerto La Cruz. La decisión de suspensión se mantuvo, a pesar de que fue apelada por el jugador.