La derrota 0-2 de Chelsea contra Aston Villa terminó de dinamitar un proceso al que se apostó: Graham Potter como entrenador a largo plazo. El estratega inglés ni siquiera culminó la campaña. Luego de que un consorcio de Estados Unidos comprara la propiedad del cuadro londinense, tras la expropiación del Gobierno de Gran Bretaña a Roman Abramovich, parecía que iba a haber una revolución. Pero luego de mover mucho la mata, Chelsea está en una peor condición, que con el magnate ruso. El buen inicio de Potter se diluyó rápido y el equipo está en crisis.
La cara visible del consorcio de los Estados Unidos es Todd Boehly. Este directivo relacionado al mundo del béisbol, específicamente a los Angeles Dodgers, aprendió por las malas que son dos culturas distintas. Su primer volantazo fue despedir a Thomas Tuchel, campeón de Champions en 2021. Luego gastó 600 millones de euros en fichajes. Con la fe puesta en Potter como la solución, luego de demostrar se uno de los entrenadores más capacitados con Brighton & Hove Albion. Boehly, antes de marzo, tiró la toalla y se regresó California. En el inicio de abril tuvo que cesar a Potter. La familia Glazer, dueños del Manchester United y compatriotas, se lo advirtieron. No escucho.
La apuesta de Chelsea por Potter no fue barata, tuvieron que pagar 25 millones de euros para sacarlo del Brighton. Ahora si se suma las indemnizaciones de Tuchel y la que le tocará a Potter, los gastos suben a 60 millones solo en entrenadores y sin Boehly cumplir un año en la institución. Los resultados eran lapidarios, por más que los Blues están en los cuartos de final de Champions, su rival será el vigente campeón, Real Madrid. Eliminado de la Carling Cup y la FA Cup, son undécimos en la Premier League. Potter tuvo el tercer porcentaje más bajo de victorias (31,8%) de la historia del club. No es un secreto que en la época de Abramovich el banquillo de Chelsea sufría varios cambios, pero nunca despidió a dos entrenadores un mismo curso.
Futuro incierto para Chelsea
A 12 puntos de los puestos de clasificación para la Champions, con 10 jornadas en la Premier League, parece subir el Everest. La otra apuesta no es sencilla, eliminar al Real Madrid en su competición favorita. Todo apunta que no estarán en la próxima edición de la competición más prestigiosas de clubes del mundo. La plantilla es robusta, pero contradictoria. La llegadas en verano de Kalidou Koulibaly y Raheem Steling fueron opacados por Benoit Badiashile y Mijailo Mudryk. Pero más cumbre fue la llegada a última hora de Pierre Emerick Aubameyang, la tapó la cesión de Joao Félix.
“En nombre de todos en el club, queremos agradecer sinceramente a Graham por su contribución al Chelsea. Tenemos el más alto grado de respeto por Graham como entrenador y como persona (…) Junto con nuestros increíbles fanáticos, todos apoyaremos a Bruno y al equipo mientras nos enfocamos en el resto de la temporada. Nos quedan 10 partidos de la Premier League y unos cuartos de final de la Champions League por delante», explicó en un comunicado el club. El interino será el español Bruno Saltor, ex jugador de Brighton y que vivirá un experiencia inédita como entrenador principal y fuera de un cuerpo técnico en el que no este Potter.
«En verano Pochettino, en otoño Luis Enrique, y en el pasado invierno Zinedine Zidane. Boehly se afanó en convencer al francés de ocupar el banquillo de su club. Le hizo una oferta formal. La más grande que ha recibido Zidane en su carrera, según un intermediario», explicó en el diario El País, Diego Torres, sobre los intentos de conseguir entrenador en el pasado. El que tiene mejores fichas en la actualidad para asumir el cargo es el alemán Julian Nagelsmann, que incluso cuenta con el visto bueno de Christopher Vivell, director deportivo actual de Chelsea. El ex Bayern Múnich tendrá la dura tarea de levantar un club que desde hace meses navega a la deriva.
