Por segunda temporada consecutiva, Cardenales de Lara terminó como escolta en la tabla de posiciones de la ronda regular. En ambas oportunidades el mánager fue Carlos Mendoza, el hijo pródigo de Barquisimeto que tiene entre ceja y ceja la final que se le hizo esquiva la campaña anterior, por solo un juego.
El récord de 34-21 en el presente certamen le significó un porcentaje de victorias superior (62 %), al de la rueda eliminatoria pasada , con foja de 28-21 (57 %). Pero si algo se ha encargado de repetir el piloto, es que ha sido una travesía difícil la de 2022-2023, incluso más que su primera al mando. No solo por la plaga de lesiones que sufrió el equipo, sino también por la diferencia en el nivel del circuito.
«Fue muy complicada esta temporada regular con todos los equipos. Es una liga muy competitiva», admitió a las cámaras de Televen Mendoza, confirmado como coach de banca de la selección de Venezuela para el Clásico Mundial de Beisbol, una función que ya lleva dos campañas cumpliendo en las Grandes Ligas con los Yanquis de Nueva York.
Para la bandada escarlata fue la séptima clasificación en fila a la postemporada. La racha activa más larga, luego de que Caribes de Anzoátegui viera cortada la suya de 12 presencias seguidas en etapas definitorias. Aunque Mendoza sabe que el objetivo final está en el gallardete que permita una celebración máxima por los 80 años de la organización.
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Cierre positivo
Los pájaros rojos ganaron sus tres últimos juegos, todos en casa, para finalizar con registro de 15-13 en el Estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto. Un balance como local que puede resultar una rareza para un equipo tan ligado el triunfo durante la última década, pero que en el certamen anterior también apenas pudo jugar por encima de .500 en su feudo (13-12).
«No fue fácil. Terminamos de una manera positiva los últimos tres encuentros, pero en general no ha sido nada fácil, porque hemos tenido muchos obstáculos día a día», declaró Carlos Mendoza al departamento de prensa larense tras la barrida en la doble tanda contra Bravos de Margarita. «Hoy termina esta temporada regular de una manera muy positiva. Nos vamos a recibir ese año con mucho optimismo, todos pensando en ese 2 de enero cuando nos toque jugar».
Parte de esas vicisitudes han pasado por las ausencias temporales por lesión de figuras como Gorkys Hernández, Rangel Ravelo, Alí Sánchez, Odúbel Herrera, Ildemaro Vargas, Williams Pérez o Yojhan Quevedo. Además de la pérdida definitiva por la fractura del olecranon derecho de Raúl Rivero.
Carlos Mendoza y el Draft
El nido cardenal sufrirá la sensible baja de Máximo Castillo, confirmada por el periodista Ignacio Serrano, en El Emergente. El diestro grandeliga se había erigido como el as criollo de la rotación luego obtener triunfos en cada una de sus últimas tres aperturas. Período en el que lanzó 17 innings con una carrera limpia permitida, para minúscula efectividad de 0.53. Sin embargo, los Reales de Kansas City no le extendieron el permiso para el Round Robin.
La ausencia de Castillo se suma a la incertidumbre del estado físico de Williams Pérez, quien atravesó molestias en la espalda por un mes y dejó promedio de carreras limpias de 7.77 en 24.1 entradas. Un escenario que deja huecos abiertos en la rotación abridora, a priori el área que sería reforzada en el Draft de Adiciones y Sustituciones.
«No tenemos un panorama claro en estos momentos. Hemos tenido muchas conversaciones (el cuerpo técnico) con la oficina y todo ese personal que va a estar involucrado a la hora de tomar las decisiones», precisó Mendoza al staff de comunicaciones crepuscular. «Tenemos que saber con qué contamos y también qué estará disponible, aún no se sabe cuál será ese último equipo eliminado, y yo creo que eso va a decidir mucho».
Como posibles iniciadores disponibles entre las novenas eliminadas, despuntan Mario Sánchez (Águilas) y Luis Reyes (Caribes) de quien no se ha precisado su estado físico actual. Además de David Ramos (Bravos) y Guillermo Moscoso (Tigres), entre los conjuntos que disputarán el Play In.