Para desgracia del ser humano, querer y poder nunca se conjugan en el mismo tiempo. Los voluntaristas, aferrados a la fantasía de que desear es lograr, se han estrellado siempre contra las graníticas defensas de la realidad, con trágico saldo de muertos, heridos y pérdida total. El mundo jamás ha funcionado así, y menos el de los negocios. Por eso las organizaciones hacen estudios de factibilidad con los cuales calcular la distancia entre aspiración y viabilidad, justo el predicamento de Bravos a propósito de su posible vuelta a Margarita.
En el caso del equipo oriental, el trayecto entre el querer y el poder se mide en cientos de miles de dólares. Giuseppe Palmisano, ´presidente de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, declaró esta semana en el podcast El Infield que reacondicionar el estadio Nueva Esparta, requisito indispensable para dar por finalizada la errancia de los Bravos, cuesta alrededor de quinientos mil dólares, una aproximación por defecto pues, según otras estimaciones, el monto de las refacciones se acerca al cuarto de millón en verdes.
¿Quién los pone? Ese es el quid de la cuestión en Bravos
Cuesta imaginarse a los dueños del club desembolsando esa cantidad por la recuperación de un inmueble ajeno. En mayo de 2007, cuando los socios de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional aprobaron la mudanza de Pastora de los Llanos a Margarita bajo la advocación de Bravos, Tobías Carrero Nácar, propietario de la divisa, declaró: “no adquirimos este equipo para ganar dinero, pero tampoco para perderlo”. En la institución siempre se ha alegado lo mismo: la novena desembolsa, durante todo el año, un canon de arrendamiento por usufructuar las instalaciones del parque Nueva Esparta, cuyo titular, y principal responsable, es la Gobernación de ese estado.
El régimen provisional de Bravos se retrotrae a la temporada 2020-2021. Como consecuencia del Covid19, y en procura de reducir al mínimo los desplazamientos, la LVBP acordó encoger su mapa y nuclear a los ocho elencos en cuatro sedes: Caracas, Maracay, Valencia y Barquisimeto. Los conjuntos residenciados en las regiones más distantes del centro (Bravos de Margarita, Caribes de Anzoátegui y Águilas del Zulia) debieron migrar y a Bravos lo reubicaron en Valencia, estado Carabobo.
Para la zafra 2021-2022, Águilas y Caribes retornaron a sus respectivos hábitats, a diferencia de Bravos, que debió refugiarse en Macuto, estado Vargas, porque su casa se había deteriorado al punto de imposibilitar la práctica del beisbol profesional.
En Bravos sostenían que era obligación de la Gobernación costear las reparaciones mayores. En la Gobernación ripostaban que no les alcanzaba el presupuesto. Un integrante de la administración regional llegó a decir que el montante para recuperar el estadio equivalía a más de una cuarta parte de lo que Nueva Esparta recibía de la Tesorería Nacional vía situado constitucional. De La Asunción no saldrán los dineros.
La única otra posible fuente de recursos es el Ministerio de la Juventud y el Deporte, la administración central. El gobierno nacional ha aprobado cuantiosas partidas para escenarios de beisbol y la evidencia la tenemos en la construcción del Monumental de Caracas Simón Bolívar y el Jorge Luis García Carneiro de Macuto, alojamiento temporal de los Bravos.
En cambio, Miraflores no se ha manifestado en estos dos años con respecto al Nueva Esparta, anfitrión de dos Sedes del Caribe ente 2010 y 2014 ¿Guarda esto alguna relación con el hecho de que en Margarita, Coche y Cubagua manda la oposición? ¿Tiene que ver con la percepción negativa que se tiene en Misia Jacinta sobre los poseedores de Bravos? Cada quien se formará su opinión.
Sea como sea, los 500 mil, o 750 mil dólares requeridos para repatriar a Bravos no están todavía sobre la mesa y eso genera incertidumbre sobre el porvenir de la franquicia insular ¿Será la solución que Bravos se “¿nacionalice” guaireño? ¿Aparecerá el rescate para el Nueva Esparta? Eso es lo que quieren en Bravos: recuperar su hogar. Pero querer no es poder. Ojalá se pueda y la afición de Margarita recupere a sus Bravos y la LVBP pueda resembrarse en un paraje aún por conquistar.