Lo que pudo ser el Mundial de Karim Benzema, nunca lo fue. Una lesión y las decisiones de Deschamps lo alejaron de Francia. El delantero del Real Madrid, luego de toda la tormenta decidió ponerle fin a su vínculo con su combinado nacional. “¡He hecho los esfuerzos y los errores necesarios para estar donde estoy hoy y estoy orgulloso de ello! He escrito mi historia y la nuestra llega al final”, escribió en redes sociales el ex Olympique Lyon.
El vigente Balón de Oro era una de las grandes ausencias de la Copa del Mundo. “Tocado en el cuádriceps del muslo izquierdo, Karim Benzema se ve obligado a renunciar a participar en la Copa del Mundo”, rezaba el comunicado de la Federación francesa. Sin embargo se recuperó, pero Didier Deschamps decidió prescindir. Incluso jugó un amistoso en Valdebebas ante Leganés, en pleno Mundial. El presidente galo, Emmanuel Macron, lo invitó a la final en el Luisail, pero según Le Parisien, la declinó.
Relación rota entre Benzema y Deschamps
Su relación con la selección de Francia fue tormentosa con el tema del racismo y sus orígenes. Sin embargo fue la figura del equipo del gallo en Brasil 2014, con Didier Deschamps. Pero todo se fue al traste con el caso de extorsión a Mathieu Valbuena por un video sexual, en 2016. No disputó más torneos hasta la Eurocopa 2021 y la UEFA Nations League -que ganó. Le tocó ver desde la casa el título de la Copa del Mundo de 2018.
Pero, ¿Qué pasó? «El ‘caso Valbuena’ estalló hace casi siete años, cuando el jugador madridista fue imputado, a finales de 2015, por intento de chantaje y participación en una asociación de malhechores a raíz de una conversación que mantuvo con Valbuena durante una concentración de los bleus en el centro de entrenamiento de Clairefontaine, en las afueras de París», rememoró el diario El País.
El medio español ahondó: «En dicha conversación, Benzema alertó a su compañero de la selección gala de las consecuencias de no atender las amenazas de unos chantajistas que amenazaban al exjugador del Olympique de Marsella con una cinta de carácter sexual, lo que le hizo sospechar que el madridista estaba implicado en la trama, algo que este último siempre ha negado». Este conflicto entre dos compañeros de selección, hizo que Deschamps los apartara a ambos.
La historia que no pudo ser
“Pffff. Preferiría no contestarte. Vamos, siguiente pregunta», llegó a contestar Deschamps, ante las constantes interrogantes sobre Benzema y un posible regreso. Mientras tanto, Oliver Giroud tuvo un rol táctico clave en Rusia 2018 y en Qatar se transformó en el máximo goleador de la historia de Francia. Con «Les Blues» se marcha con la cifra de 97 encuentros y 37 goles, cifras cortas para un atacante de su dimensión y logros.
Un símil con Eric Cantona, ídolo absoluto en Manchester United, pero sin brillo a nivel de selecciones. El «Gato» es una leyenda del Real Madrid, pero su historia no es así con Francia. «Según numerosos testimonios, hay un antes y un después en la vida del grupo desde la marcha de Benzema (…)En el hotel, la atmósfera parece más ligera”, escribieron en L’Équipe. En su autobiografía, Giroud confesó: «Benzema creó un desequilibrio táctico en nuestro juego (…)No era culpa suya, pero era dolorosamente obvio. Perdimos fuerza colectiva. Este súbito desequilibrio fue lo que dañó al equipo”. El Balón de Oro, rodeado de polémicas, no tuvo sitio en el camerino ni el campo. Una lástima, porque juega fútbol como los dioses.