La cima de la Liga en España tendrá como líder al Barcelona, pero empatado a puntos con el Real Madrid.
Esta fue la primera jornada de la Liga en España post-Mundial, que terminó con igualdad a un tanto ante el Espanyol en el Camp Nou.
Tras un buen inicio de partido de un Barcelona dominador, el Espanyol terminó con el empate tras un claro penalti, tras el primer gol de Marcos Alonso de cabeza.
Barcelona se adelantó el primer tiempo
A los siete minutos el Barcelona marcó el 1-0, tras un córner a favor de los de Xavi que cabecearon consecutivamente Lewandowski, Chistensen y Marcos Alonso (quien marcó) sin que defensas ni portero del Espanyol pudieran intervenir.
Varios minutos depsués el propio Marcos Alonso tuvo el 2-0 tras un centro de Jordi Alba que no supo rematar con precisión.
Los pericos, encerrados atrás, se defendían como podían del acoso azulgrana y tan sólo inquietaron a Ter Stegen con un disparo de Nico Melamed que dio en Sergi Roberto y se fue fuera por poco.
Un gran zurdazo de Raphinha pudo dejar resuelto el partido antes del descanso pero Álvaro Fernández logró despejarlo con algún problema.
Empate de penal
Tras el descanso el Espanyol no arriesgó y el Barcelona seguía jugando a placer.
El 1-0 parecía no peligrar ante la poca ofensiva que mostraban los visitantes.
Hasta que a falta de 20 minutos, un pisotón de Marcos Alonso sobre Joselu acabó en penalti que transformó el propio Joselu.
Victoria del Real Madrid
El Real Madrid retoma el pulso a la competición con un meritorio triunfo ante el Valladolid dos tantos por cero.
Los hombres de Ancelotti alejaron todos los fantasmas mundialistas que amenazaban su regreso y tras 50 días se estrenaron con una victoria.
El Madrid iba a encontrar un lugar en forma de penalti, que esta vez el VAR sí acertó a señalar, para ponerse en ventaja en el marcador. Una mano, clara, de Javi Sánchez, tras un remate de Rudiger le iba a dar a Benzema le ocasión de adelantar a los blancos desde los 11 metros. Karim no se lo pensó y golpeó el balón buscando la mano derecha del portero. No falló.
Para el segundo Camavinga, que había entrado poco antes al terreno de juego, se marcó una de esas carreras meteóricas en las que dejó atrás, por pura potencia, a su rival. El francés levantó la cabeza y le puso un balón a un Benzema que, nuevamente, no perdonó.