Como coach de receptores y de estrategia de los Nacionales de Washington, una de las labores de Henry Blanco es asegurarse de que el receptor titular del equipo, su compatriota Keibert Ruiz, continúe creciendo como pelotero, como careta y como líder en el clubhouse del combinado. Hasta los momentos, en la que apenas significa la segunda temporada completa del joven venezolano con la organización capitalina, el exjugador está muy satisfecho con los resultados.
Para Blanco, que fue reconocido como un gran máscara defensivo a lo largo de sus 16 años en las Grandes Ligas, la parte más complicada de manejar a un cuerpo de lanzadores es la confianza. No es algo que se gana de la noche a la mañana, sino que se va consiguiendo de forma gradual con el pasar de los años.
Patrick Corbin, uno de los lanzadores más experimentados de los Nats, señaló que ha podido ver más confianza en Ruiz este año, como alguien que tiene un mejor entendimiento de las fortalezas del staff. Por su parte, MacKenzie Gore y Josiah Gray, otros dos miembros de la rotación del equipo, destacaron las pocas ocasiones en las que han tenido que rechazar alguna seña del venezolano recientemente.
Un cerebro adicional en la lomita
Los serpentineros, en especial aquellos que cuentan con amplia experiencia en el mejor béisbol del mundo, suelen apostar a sus instintos en las aperturas, pero siempre es importante contar con un receptor que tenga la visión de juego necesaria para mantener las cosas en orden durante una salida.
«Cuando estás pitchando, confías en tu instinto primero», le comentó el veterano Trevor Williams a The Washington Post. «Pero mientras la temporada avanza, tienes más confianza con tu compañero de batería, confías en ellos más que en tu instinto. Ven cosas en mí como lanzador y en el resto de los pitchers en general antes de que nosotros las veamos. Así que es una de esas cuestiones en las que es una batalla constante. ¿Confías en tu instinto o en el receptor? Y más veces de las que no, terminas confiando en tu careta«, agregó.
El valenciano, de 24 años de edad, es descrito como una persona tímida, pero ha trabajado en ser más extrovertido en esta campaña. Blanco considera que las nuevas reglas, incluyendo el cronómetro de pitcheo, han obligado a Ruiz a expresarse más para llamar el juego con mayor rapidez.
Recogen los frutos
Además, el excareta criollo, que vistió 11 uniformes distintos en su carrera como ligamayorista, aseguró que le ha gustado lo que ha escuchado de las conversaciones de Ruiz con los lanzadores entre innings. Asimismo, también se ha visto satisfecho con el hecho de que el otrora prospecto ha expresado más su opinión con los umpires en sentencias dudosas.
«Pienso que en este momento él cree que tiene que hacer más, que necesita ser el líder de este equipo«, indicó Blanco. «Créeme, no hay nada de malo en eso. Pienso que es el tipo perfecto. Incluso el año pasado no hablaba tanto. Ahora está comenzando a decir cosas. Está intentado dejarle saber a todos que estará allí, que respetará a todos, pero que será uno de los líderes de este conjunto».
Blanco todavía ve mucho campo para mejoría en Ruiz. El carabobeño retiró en intento de robo a 20 corredores hace un año, la tercera cifra más alta en la gran carpa; sin embargo, también toleró 51 almohadillas estafadas, quinta más elevada.
«Su retención, en mi opinión, ha traspasado el techo», dijo Jim Hickey, coach de pitcheo de los Nacionales. «Su planteamiento del juego es súper sólido. Están poniéndose cómodos, familiarizándose con la liga. No puedo decir el trabajo tan fantástico que ha hecho«, cerró.