Luis Arráez luce como el primer bate ideal para cualquier organización en las Grandes Ligas. Si bien su promedio de bateo ha caído de forma considerable en la segunda mitad de la presente temporada, el venezolano todavía registra el más elevado de las mayores con un sólido .350 antes de la jornada de este martes. Asimismo, el camarero ha señalado en repetidas oportunidades que se siente cómodo abriendo la alineación y los números así lo respaldan. Pero los Marlins de Miami no están preparados para comprometerse por completo a que el nativo de San Felipe sea su primero en el orden de forma habitual.
Sin embargo, el pasado domingo, por primera vez desde el 6 de agosto, el mánager Skip Schumaker escribió el nombre del dos veces All-Star como primero en el orden de los peces, en su desafío contra los Nacionales de Washington. La capacidad de Arráez en embasarse, como lo refleja su OBP de .393, combinado con el poder del cubano Jorge Soler en la segunda casilla, parecen una combinación letal para los lanzadores contrarios y la misma tuvo su efecto en el triunfo de los Marlins contra los capitalinos por marcador de 2-1 en la faena dominical.
«Increíble. Extrañé mi lugar allí«, le comentó Arráez a MLB.com sobre regresar a la posición inicial del lineup. «Pero esto es béisbol, ¿sabes? Skip intentó ponerme como segundo, tercero, para ver si conseguíamos más impulsadas. Solo estoy feliz de que ganamos hoy (domingo) y espero que lo sigamos haciendo».
Tiene su explicación:
El hecho de que Schumaker se mantenga firme en su posición de alternar a los primeros bateadores de su alineación no es por simple capricho. El mandamás ha utilizado dicho puesto en el lineup como una especie de escape para los jugadores que han estado presentando problemas ofensivos en el vigente torneo.
Un claro ejemplo de ello fue Soler, quien comenzó a servir como primero en el orden de la escuadra cuando las cosas no estaban saliendo de la mejor manera en el plato. Lo mismo ha ocurrido en tiempos recientes con Jazz Chisholm Jr. e incluso la aparición de Arráez en ese puesto el domingo puede justificarse de la misma manera, pues a pesar de su sólido promedio global, la «Regadera» ha sido mucho menos productivo desde el receso del Juego de Estrellas.
Luis Arraez would be the one to break up the no-hitter pic.twitter.com/XjM9YZN7zB
— Talkin’ Baseball (@TalkinBaseball_) August 26, 2023«Se siente como que Soler está de vuelta, obviamente, así que para mantener eso, pienso que vamos a volver a verlo en la cima de la alineación», contó Schumaker. «Pero hablando con Luis e intentando que retome el camino otra vez, (me dijo que) se siente cómodo en algún lugar de la parte alta del orden. Siempre ha dicho que bateara en donde sea que lo ponga, pero en verdad tiene éxito en el tope del lineup. Nos fue muy bien cuando él estaba como primer bate«.
¿Título de bateo en peligro?
Hace algunas semanas, parecía imposible que algún bateador en el béisbol fuera capaz de arrebatarle a Arráez la posibilidad de terminar con el average más abultado de todo el 2023. De hecho, hasta hace poco, el venezolano mantenía ilusionados a muchos aficionados y expertos con su intento por convertirse en el primer toletero de la gran carpa en finalizar con un promedio de bateo de .400 o más en décadas.
Desafortunadamente, la etapa complementaria del campeonato ha visto al segunda base sacudir para un promedio de .283, que si bien es bastante sólido, está muy por detrás del .383 que marcó en la fase inicial.
Ronald Acuña Jr. la llevó hacia las montañas. 🔥 pic.twitter.com/qzislp2BOx
— LasMayores (@LasMayores) August 29, 2023Pero la meta de los .400 podría no ser la única en la que Arráez se termine quedando corto, pues la posibilidad de que consiga su segundo campeonato de bateo de forma consecutiva también ha comenzado a peligrar.
Freddie Freeman, de los Dodgers de Los Ángeles y uno de los grandes candidatos al premio MVP del viejo circuito este año, llegó a la jornada del martes con un promedio de .340, mientras que el también venezolano Ronald Acuña Jr., de los Bravos de Atlanta y otro fuerte aspirante al más valioso, marcaba .335 en el mismo renglón.