Muchos pueden argumentar que no se ha conseguido en décadas. Otros pueden decir que apenas van algunas semanas de la presente temporada. Ambas cosas son ciertas, pero eso no impide que un bateador del calibre de Luis Arráez pueda soñar con la posibilidad de finalizar la campaña con un promedio de .400 o más. Después de todo, si algún bateador luce con las herramientas indicadas para conseguirlo en la actualidad, es el venezolano.
La última vez que Arráez estuvo montado en el potro de los .400 de average fue el pasado 9 de mayo, cuando marcaba .408 puntos en el renglón. Desde entonces, el campeón bate de la Liga Americana el año pasado se ha enfrentado a la dura realidad de intentar mantener un promedio semejante. La razón por la que absolutamente nadie, a pesar de los grandes toleteros que ha existido en el béisbol en las últimas siete décadas, ha conseguido lo que logró Ted Williams por última vez en 1953.
De cualquier forma, el nativo de San Felipe está en las instancias iniciales de otro temporadón. En su primer año con los Marlins de Miami, luego de llegar vía cambio durante el invierno desde los Mellizos de Minnesota, la «Regadera» registra una línea ofensiva de .389/.444/.486, con nueve dobles, un triple, un cuadrangular y 15 carreras remolcadas tras 39 desafíos en 2023.
Otra posibilidad de hacer historia
Y si bien la meta de los .400 puntos de promedio se presenta como la más atractiva, no es la única que pudiera alcanzar Arráez si mantiene el ritmo en el vigente torneo, algo de lo que ya ha demostrado ser capaz anteriormente, pues finalizó con un promedio superior a los .300 en tres de sus cuatro zafras con los Mellizos.
Además de terminar con esa sequía que data de 1953, el criollo también podría convertirse en el primer jugador de las Grandes Ligas en liderar ambos circuitos, la Liga Americana y la Liga Nacional, en promedio de bateo en años consecutivos. Hasta antes de la faena de este jueves, Arráez comandaba a todos los paleadores del viejo circuito en dicho departamento y su más cercano seguidor era su compatriota Ronald Acuña Jr. (.345) de los Bravos de Atlanta.
A pesar de que el objetivo de los .400 de average luce como uno de esos casi imposibles de emular, en especial con todos los cambios que han llevado al béisbol actual a no valorar tanto los sencillos como en el pasado, el All-Star está al tanto de que sus habilidades encajan a la perfección en las de un toletero con oportunidad de lograrlo.
«Quiero decir, es difícil batear para .400», le confesó Arráez al USA TODAY Sports recientemente. «Pero no es imposible. Para batear .400, necesito mantenerme saludable, trabajar duro cada día y que las cosas pequeñas me salgan bien».
Habilidades y preferencias
Entre las características que colocan al camarero de los Marlins como el bateador ideal para lograr la hazaña, están el hecho de que tiene un contacto como pocos en la actualidad. Arráez abanica sin éxito en muy pocas ocasiones y gana más boletos que los ponches que recibe.
La ofensiva de los peces se nutre de la producción de Arráez más que de cualquier otro de sus peloteos. El estelar jugador registraba 56 indiscutibles antes de la faena de este jueves, mientras que ningún otro de sus compañeros en Miami sumaba más de 41.
«Los pitchers son muy buenos, así que tengo que mentalizarme de que debo ser fuerte e intentar golpear la pelota con contundencia todos los días«, explicó Arráez. «El béisbol ha cambiado un poco o quizás bastante, pero todo el mundo quiere batear jonrones. En particular, yo prefiero embasarme y simplemente conectar la pelota«, agregó el criollo.