Las declaraciones incendiarias de Antonio Conte, que no dejaron títere con cabeza, llegaron a la conclusión esperable: su salida del Tottenham. El empate 3-3 de los Spurs contra Southampton, con un gol de James Ward-Prowse al 90+3′, desató la cólera del estratega italiano en rueda de prensa. El domingo, por la noche, se confirmó el fin de su vínculo con Tottenham, luego de 17 meses en la capital de Inglaterra, donde fue de más a menos.
“El problema es que, una vez más, mostramos que no somos un equipo. Veo jugadores individualistas, veo a jugadores que no quieren ayudar al otro y que no ponen el corazón en el partido. Están acostumbrados. No juegan por nada importante. No quieren jugar bajo presión”, arremetió Conte contra la plantilla del Tottenham. El italiano, que se encontraba en su país desde la semana pasada esperando el fin del vínculo, había agregado: «Para mí es complicado hablar de un cuarto puesto, porque estoy acostumbrado a objetivos más altos”.
El contrato de Conte con Tottenham expiraba este mismo verano y las charlas por renovar no llegaban a ninguna parte. Más allá de reencausar al equipo tras la salida de Nuno Espírito Santo y lograr la cuarta plaza, no pasó más. La situación del equipo de Londres es deprimente si se observa que después de la salida de Mauricio Pochettino su mayor logro es jugar la final de la Copa Carabao (2020-21). Mientras que el último título fue en 2008 con Juande Ramos. Por eso el estratega italiano atacó la falta de mentalidad ganadora del club y la sobreprotección al grupo de jugadores.
La despedida de Conte
«El fútbol es pasión. Me gustaría agradecer profundamente a todos en los Spurs que apreciaron y compartieron mi pasión y mi forma intensa de vivir el fútbol como entrenador. Un pensamiento especial para los fanáticos que siempre me mostraron apoyo y aprecio, ha sido inolvidable escucharlos cantar mi nombre», escribió Conte en redes sociales, tras su salida del Tottenham. El italiano añadió: “Nuestro viaje juntos ha terminado, les deseo todo lo mejor para el futuro”.
No se puede negar que Antonio Conte sea uno de los grandes entrenadores del Viejo Continente, como que ha fallado constantemente en las eliminatorias de Champions y de Europa League. Su aval son en los torneos locales e Inglaterra no era un territorio desconocido, porque ganó una Premier League con Chelsea. Pero la estructura de Tottenham lo devoró como pasó con Mourinho. Si bien Pochettino no ganó un título, fue el único que ha hecho competir a los Spurs seriamente.
Los que agarran la papa caliente de Tottenham
Tras la salida de mutuo acuerdo del Tottenham, quedaron varios integrantes del cuerpo técnico de Conte a cargo, como interinos hasta el final de temporada. La llave Cristian Stellini y Ryan Mason son los encargados de tomar el timón. Mason lo hizo tras la salida de José Mourinho del cuadro de Londres. El objetivo en los 10 partidos restantes de la Premier League es sostener la cuarta plaza que da acceso a la UEFA Champions League. Esos ingresos económicos son imprescindibles para un club que está pagando todavía su nuevo estadio.
No será nada novedoso para la plantilla, porque el tándem Stellini y Mason se hizo cargo del equipo en febrero, mientras Conte se recuperaba de una operación de la vesícula biliar. No solo consiguieron la mejor racha de Tottenham el pasado mes de febrero, sino que logrando sendas victorias contra Manchester City y Chelsea, en el Tottenham Hotspur Stadium. Sin lugar a dudas los triunfos de mayor jerarquía del curso. En verano, Fabio Paratici se debatirá entre seguir el clamor de los aficionados de los Spurs que es el regreso de Mauricio Pochettino o inclinarse por sus gustos y apostar por Luis Enrique Martínez. El que llegue tendrá que lidiar con un Son Heung-min en su ocaso y el último año de contrato de Harry Kane.
