El viaje de retorno de Anthony Santander a los Entrenamientos Primaverales de los Orioles de Baltimore inevitablemente tendrían un tópico fijo para conversar: su protagonismo en el Clásico Mundial de Beisbol. Y el jardinero venezolano lo sabía, por eso repasó gustoso su actuación, ante los medios de comunicación que le esperaban en Sarasota, Florida, la sede del complejo oropéndola.
«Como un sueño. Una experiencia increíble», describió sobre su fértil travesía en el torneo, al periodista Jake Rill de MLB.com. «Jamás lo olvidaré. Estar allí, jugar como un niño, pero en grandes situaciones, oh Dios mío, es increíble. Fue algo muy, muy bueno».
Se notó emocionado Santander. Y tenía razones de peso para estarlo.
Ni siquiera después de haberse ido de 4-0 con un ponche en el duelo de eliminación el sábado ante Estados Unidos, su rendimiento global se vio afectado. El nacido en Margarita, pero criado en Portuguesa, culminó el certamen con una sólida línea ofensiva de .353/ .450/ .882, conectó dos jonrones -uno frente a República Dominicana y otro contra Puerto Rico-, empujó cinco carreras y anotó cuatro. Incluso, fue el único criollo en ligar un triple en la justa, ante los quisqueyanos. Y si faltaba algo, en ese mismo duelo contra los dominicanos completó un joya a la defensiva en la pradera derecha.
«Me siento muy orgulloso de haber vestido esa camiseta, representando a todo el país, mi familia, mi ciudad natal», expresó. «Eso es algo que como jugador nunca olvidas, ese gran momento. Lo más importante es que trajimos algo de felicidad a nuestra gente allí».
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Santander apoya el crecimiento del Clásico
El bateador ambidiestro fue testigo de primera fila del pelotazo recibido por José Altuve del lanzador Daniel Bard, que le significó al camarero una fractura del pulgar derecho y consecuente baja de dos meses, por lo menos. También observó las imágenes de la lesión de Edwin Díaz, el brillante cerrador de Puerto Rico que sufrió el desgarro del tendón rotuliano de la rodilla derecha mientras celebraba el triunfo ante República Dominicana. Pero para él, son elementos fortuitos que pueden ocurrir en cualquier escenario.
«Creo que el Clásico Mundial de Béisbol es bueno para el béisbol, y es algo de lo que siempre quieres estar orgulloso de representar y dar todo lo que tienes por tu país», aseguró Santander. «Así que creo que deberías seguir haciendo esas cosas, porque como dije, cualquier cosa puede pasar en cualquier lugar».
El patrullero de 28 años de edad, que ha sido probado en algunos juegos del actual Spring Training como primera base, está a las puertas de la agencia libre y un contrato multianual. A Baltimore le restan dos campañas de control sobre el criollo, y ya para la venidera zafra evitaron proceso de arbitraje al acordar por 7 millones 400 mil dólares.
«Estoy muy orgulloso de él», le aupó el mánager de los Orioles, Brandon Hyde. «Súper feliz por él y su familia, por hacer lo que hizo en un gran escenario como ese, tener exposición nacional. Se lo ha ganado».
En 2022, Santander fijó topes personales en casi todos los apartados: juegos (152), hits (138), vuelacercas (33), empujadas (89), anotadas (78) y boletos negociados (55).
«Estos son mis hermanos. Voy a pasar 162 juegos con estos muchachos”, mencionó sobre sus cofrades en el conjunto que causó una grata sorpresa en reciente certamen, llegando a las últimas semanas del ruedo regular aún con opciones matemáticas de clasificarse a la postemporada, a pesar de competir en la difícil división Este de la Liga Americana. «Estoy feliz de estar de vuelta y volver a los juegos de entrenamiento de primavera para prepararme”.
