José Altuve comenzó el mes de agosto con un sólido – pero no excelente – promedio de .280. Tras la culminación de la jornada de este lunes 4 de septiembre, el average del venezolano marcaba un robusto .316. Es una muestra de la explosión absoluta que ha tenido el camarero de los Astros de Houston en sus últimos 30 desafíos, en los que además de alcanzar los 2.000 incogibles en las Grandes Ligas y de batear para la primera escalera de su carrera, registra una potente línea ofensiva de .355/.425/.557, con ocho dobles, un triple, cinco cuadrangulares y 16 carreras remolcadas.
El despertar del maracayero no pudo llegar en un mejor momento para su organización que, a diferencia de años anteriores, en esta oportunidad no ha tenido el primer lugar de la división Oeste de la Liga Americana como hogar durante prácticamente todo el torneo. En 2023, sus vecinos Rangers de Texas y los Marineros de Seattle continúan presionando por finalizar el yugo de los siderales, pero el regreso del Altuve que atormentó por más de una década a los lanzadores del circuito con todo tipo de conexiones podría ser la clave que necesitaban los muchachos de Dusty Baker para volver a despegarse en la cima.
Un claro ejemplo de ello tuvo lugar en la faena del lunes, cuando los Astros se vieron cara a cara con los Rangers nuevamente. La artillería de Houston, encabezada por el ocho veces All-Star, se desató a batear y terminaron sumando una victoria de 16-3 que les permitió mejorar su récord a 78-61 en el vigente certamen e igualar a los Marineros en el primer lugar de la división, mientras que Texas se mantenía mirando desde abajo, pero a solo un juego de distancia de ambos.
Justo y necesario
En ese desafío, Altuve cerró de 6-4 en el plato, su segundo encuentro con un cuarteto de incogibles en sus últimos seis y tercero desde que el calendario pasó la página hacia agosto. El criollo anotó en tres oportunidades, sacudió dos vuelacercas y remolcó un par de rayitas.
Houston estaba en urgencia de un sacudón, luego de sufrir una dolorosa barrida en casa a manos de los Yankees de Nueva York en la serie del fin de semana. Esos resultados llevaron a que los veteranos de Houston llamaran a una reunión interna el domingo.
¡Hoy llamaron a los bomberos en Arlington, ALTUVE ESTABA COMPLETAMENTE EN LLAMAS! 🔥#LasMayores X @Betcris pic.twitter.com/GlWjyyEfpF
— LasMayores (@LasMayores) September 4, 2023
«Obviamente, necesitábamos un juego así y un triunfo, porque venimos de casa y fuimos barridos por los Yankees«, le explicó Altuve a MLB.com. «Y comenzar de nuevo, poder ganar este choque y crear momentum rumbo a mañana (martes) es muy importante«.
Un momentum como el que el tres veces campeón bate ha creado para sí mismo. De finalizar otra vez con un promedio de .300 o más, sería la séptima ocasión en la que Altuve lo consigue en 13 años en las mayores.
Los cuatro hits ante los Rangers le permitieron empatar, una vez más, el tope personal de su carrera en un mismo juego y sus bambinazos fueron los números 11 y 12 de la actual campaña para él.
Combinación letal
Los dos cuadrangulares de Altuve en la faena llegaron justo después de que el hondureño Mauricio Dubón también se fuera para calle. La dupla se combinó para hilar sus cañonazos en el sexto inning y luego en el noveno, convirtiéndose en la primera pareja de último (Dubón) y primer bate (Altuve) en disparar bambinazos consecutivos dos veces en un mismo juego, según los registros de OptaSTATs.
La única otra vez en la historia de los Astros en que los mismos jugadores han conectado jonrones seguidos dos veces en un choque fue el 25 de julio de 2005, cuando lo hicieron dos leyendas del combinado en Craig Biggio y Lance Berkman ante los Filis de Filadelfia.
«Ocurrió porque José y yo hablamos ayer, le dije que íbamos a sacarla uno detrás del otro y terminamos haciéndolo dos veces«, recordó Dubón. «Es bastante loco».