Con el pasar de la última década, José Altuve se ha convertido en sinónimo de los Astros de Houston. No hay duda alguna de que el venezolano es el rostro principal de los más recientes campeones de la Serie Mundial, por lo que su regreso a la actividad el pasado viernes, después de superar una fractura en uno de sus dedos pulgares, marcó un momento especial para sus compañeros, la directiva y en especial para los aficionados de la divisa, que se han acostumbrado a ver al diminuto toletero en la segunda base jornada tras jornada.
Pero el retorno también significó mucho para el maracayero; de hecho, Altuve, quien se ha mantenido saludable durante la mayor parte de su trayectoria de 12 temporadas en las Grandes Ligas, experimentó emociones que no vivía desde hace mucho tiempo. Para ser más exactos, el Jugador Más Valioso de la Liga Americana en 2017 sintió prácticamente lo mismo que cuando fue llamado a la gran carpa por primera vez en 2011.
«Se siente como si apenas hubiese recibido el llamado a las mayores«, le dijo el criollo al Houston Chronicle. «Es una locura. Estoy viniendo de Corpus (Christi), el mismo lugar en el que recibí el ascenso la primera vez, así que es un sentimiento familiar», agregó.
Venció los pronósticos médicos
Altuve, de 33 años de edad, realizó una breve asignación de rehabilitación con las sucursales Doble A y Triple A del combinado, en la que ligó dos imparables en 22 turnos al bate (.091 de promedio). El regreso del camarero a la alineación de los Astros se produjo apenas 58 días después de haber sido sometido a la cirugía en su pulgar derecho el 22 de marzo, tirando por la ventana los pronósticos iniciales que proyectaban que estaría fuera de acción por más tiempo.
Después de que Altuve se lesionara durante la celebración del Clásico Mundial de Béisbol, tras recibir un pelotazo en el encuentro de su país contra los Estados Unidos, el gerente general de Houston, Dana Brown, señaló que no esperaban que el ocho veces All-Star pudiera realizar ni siquiera actividades de béisbol dos meses después de su operación.
«Estaba pensando en comienzos de junio porque eso fue lo que dijo el doctor», explicó el paleador. «No quería poner ningún tipo de expectativa sobre mi salud, pero obviamente me siento feliz de que haya sido más pronto que eso. Pienso que trabajamos realmente fuerte para llegar a este punto. Le agradezco a todos los coaches y a todos los que me ayudaron a llegar hasta acá. El doctor, los compañeros. Estoy muy contento de estar de vuelta».
Bienvenida digna de un héroe
Antes de ese compromiso de regreso frente a los Atléticos de Oakland, la fanaticada explotó con un grito de euforia cuando el nombre de Altuve fue anunciado en la alineación, así como cuando las cámaras del estadio enfocaron al criollo mientras realizaba sus calentamientos previos al desafío. De cualquier forma, ninguna de las ovaciones fue tan poderosa como la que el «Pequeño Gigante» recibió antes de su primer turno de la campaña.
El dos veces campeón del «Clásico de Otoño» finalizó de 4-0 en el cajón de bateo el viernes, pero en los siguientes dos encuentros del fin de semana, también contra Oakland, Altuve logró sumar un incogible en cada uno, además de una impulsada en el choque dominical. La disciplina en el plato se mantuvo intacta desde el primer momento, pues «AstroBoy» registró cuatro boletos en sus primeros tres cotejos de la zafra.
«Fue grandioso, todos estaban satisfechos«, aseguró el mánager Dusty Baker. «Era de esperarse que tuviera un poco de óxido, pero eso es algo que irá perdiendo a medida que vaya tomando más turnos y que vaya jugando más».