Muchas veces he escuchado decir en el fútbol que no es cómo se comienza, sino cómo se termina. Esto usualmente haciendo referencia a aquellos proyectos que inician tambaleando y se coronan, pero ¿qué decir cuando pasa lo opuesto, al estilo de Academia Puerto Cabello?
Durante la primera vuelta de la Liga FUTVE 2023 parecía que no había quién frenara a la novel institución comandada por Noel ‘Chita’ Sanvicente. Desde que llegó se dijo que le “entregaron las llaves”, haciendo alusión a que su presencia se sintió en todas las áreas del club para llevarlos a ser campeones, pues sus 8 títulos absolutos lo respaldan.
Transcurridos nueve meses, la historia es completamente distinta. Sin poder ganar un solo partido en la fase final de cuatro equipos hasta ahora y con apenas dos puntos en el bolsillo, disputar el último juego del año y alzar la copa quedó en mera quimera.
En busca de respuestas
“Cualquier equipo dirigido por Sanvicente es candidato al título hasta que se demuestre lo contrario. Las primeras 26 jornadas fue líder y tuvo 8 jornadas consecutivas ganando, pero durante tramos pareció que tenía mucha jerarquía en defensa y le faltó peso en ataque, pese a que tuvo al goleador del torneo, Luifer Hernández”, reflexionó el comentarista de Liga FUTVE, Luis Vílchez.
Con el pasar del campeonato, además de la aparición de lesiones que dejaron marginados a nombres importantes, como la que sufrió Kendrys Silva en marzo, ciertos rendimientos individuales flaquearon.
“José Luis Granados tuvo una excelente primera vuelta, pero decayó su nivel. No tuvo competencia, el otro lateral izquierdo iba a ser Sandro Notaroberto y se lesionó de ligamentos cruzados en la pretemporada. Terminó siendo Diego Osío, que es central”, agregó. “En el frente de ataque sí podemos resaltar que Luifer Hernández estuvo muy bien, generó gran sinergia con Williams Lugo y Raudy Guerrero, pero Danny Pérez bajó el nivel”.
“La lesión de Silva les quitó profundidad a los porteños porque el titular fue Kevin De la Hoz, de mayor vocación defensiva por esa banda, lo mismo con Santiago Gómez. Se trajo a Joel Cáceres, que no gustó y luego a Eduardo Fereira, que cuando estaba mostrando su mejor nivel, las lesiones lo apartaron del G4”, apunta.
En este mismo orden de ideas, a Jacob Adebanjo le afectó su operación de rodilla en el rendimiento y Wilmar González Aguinaga también se fue a enfermería en las primeras jornadas.
Pero un equipo que quiere estar en el primer lugar, debe tener nombres a la par. Para Vílchez, jugadores como Junior Cedeño y Gideon Iliya hicieron un buen torneo, pero no fueron los mejores en ese apartado. Otros, como George Ayine, no consiguieron su lugar en el campo. “Varios nombres del equipo no lograron estar en el top 3, o 5 de mejores rendimientos de la Liga FUTVE”, dijo.
Los refuerzos que se ficharon, y los recambios en algunos partidos, no aportaron suficiente. Andrés Montero y Richard Figueroa terminaron en roles de suplentes, Yeangel Montero no dio profundidad de plantilla, ni tampoco Abraham Bahachille.
“Todo el nivel mediático lo aglutinó Noel Sanvicente, Luifer Hernández y Williams Lugo por su polivalencia. El 4-2-3-1 es su sistema predilecto con un engache, pero tuvo que recurrir al 4-4-2 y al 4-3-3 por esas rotaciones”.
“Mutó de ganar con una intensidad abrumadora y ser el equipo que más corría y que mejor ocupaba los espacios, a ser totalmente contundente. Academia Puerto Cabello parecía lejos de marcar, que le iban a hacer daño, pero cuando menos te lo esperas hacía gol”, aseveró el también redactor de Balonazos.
Capitalizar el error del rival dejó de ser un recurso infalible en la segunda vuelta cuando la competencia fue más disputada y hubo partidos en la carretera más complicados.
Aun así, los Guerreros del Fortín mantuvieron su poderío de local que le dio una destacada cuenta de 60 puntos acumulados en el año y la clasificación a su primera Copa Libertadores. Con 49 goles favor, también fue la cifra más alta en la fase regular.
Academia Puerto Cabello no fue el único
La situación es llamativa porque le sucede a Noel Sanvicente por segunda vez consecutiva. El año pasado su Zamora FC, a pesar de la inestabilidad institucional, compitió en lo más alto de la tabla, hasta que en la última jornada del G4 sufrió el shock: perdió 4-1 contra Carabobo.
El equipo de Sanvicente terminó líder de la ronda regular con 55 puntos, era segundo en la Fase Final A y le bastaba un punto para llegar a la definición. El triunfo de Monagas en el Olímpico ante Metropolitanos selló la final y lo dejó por fuera.
“Lamentablemente su peor momento llegó a la hora de la chiquita que fue el G4. En la Sudamericana fue la primera vez que el Dios sangró y mostró que era mortal, porque saltaron a la vista que había ciertas carencias”. Sin duda, con el cierre del torneo, lo bajaron del Olimpo.